Ustedes saben cuándo algo maravilloso nos pasa y sentimos el deseo de pellizcarnos para comprobar que no estamos en un sueño. Yo recuerdo vívidamente hacerlo en algunos momentos claves de mi vida, cuando las emociones no caben en el pecho. Cuando nació mi hijo y me pusieron esa pelotita en el pecho, cuando me gradué de mi maestría años después porque era un sueño abandonado, la primera vez en Venecia, ¡porque pensé que nunca llegaría a verla!
Todavía tengo la costumbre de pellizcarme y cada vez más frecuente esos pellizcos son en mi huerto; un atardecer de película, anaranjados, grises, violetas, rojos, un doble arcoíris adornando el cielo donde se ven claritos todos los colores, la visita de mis Capuchinos donde regresan a hacer su nido todos los años en las Thunbergia, una enredadera con flores violeta pálido suficientemente grandes para que los abejorros entren dentro de ellas. La visita del chango, Maní, tan frecuente que le pusimos nombre. Negro azabache, pero según le da el sol con tonalidades violáceas y azules, y que se aprovecha de la fuente en el medio del huerto para darse un bañito cuando hace mucho calor.
Las diferentes tonalidades de verde, desde el intenso de la hoja de la china, al más claro del limoncillo y opaco del árbol de olivo. Paso la vista y me detengo en lo que parecen casi plumitas verde claro del espárrago y el color vino de las hojas de una variedad de flor de Jamaica.
Y como si eso no fuera suficiente comienza el asomo de flores que indican que viene cosecha, las delicadas florecitas rositas de la acerola, las blancas del limón y la china, las amarillitas como campanitas de los tomates, lilas de la berenjena y anaranjadas de la calabaza. Sin faltar las que de sencillo no tienen nada… ¡Las cremas con el centro como velvet carmesí del quimbombó y las espectaculares flores de la parcha!
Pues aún hay más colores y belleza en el huerto. De pronto la albahaca y el eneldo comienzan a florecer y llegan más abejas, más mariposas, más abejorros. Hay docenas pacíficamente adornando tu espacio y lo que parecía rutinario se convierte en paz, armonía, felicidad. La perfección puede mejorar porque aprendes que también puedes sembrar flores, flores que se convierten en bolsillos de colores y que son regalos nuevos que no habías visto antes. Con estas llegan nuevos colores, formas y texturas… Fushias, Rojos, Verdes, Amarillos, con nombres exóticos que vas aprendiendo… Cuphea, Coleus, Tithonia, Zinnias, Cosmos, Gromphrenas, Celosías, Salvia, Margaritas, Clavelillos. Cada una con variedades nuevas que quieres tratar crecer de una semilla; como las cosmos cupcake, las zinnias Thumbelina, las celosías coral.
Quería inaugurar el segmento de Bienestar hablando de los colores del huerto. Como sin importar de donde vengan esos colores, plantas, flores, frutos, aves e insectos que nos visitan, se convierten en parte de la experiencia de sembrar.
Los colores del huerto no solo nos inspiran y nos enseñan a apreciar la naturaleza, pero también tienen significados en el sabor y nutrición de lo que cosechamos. Y es que existe una diferencia entre un tomate amarillo, uno verde y uno rojo, al igual que entre la albahaca genovesa y la violeta y entre los pimientos de diferentes colores.
La naturaleza lo tiene todo fríamente calculado. Los colores te dan un balance nutritivo.
En el jardín lucirán todos los colores, al igual que tu plato de comida. ¡Y de esto estaremos hablando próximamente!
Por ahora, todo esto genera esos momentos mágicos en los cuales necesito pellizcarme de vez en cuando. Ese apretón me recuerda lo afortunada que soy de que por alguno de los caminos de esta vida llegue aquí, a MiFinquitaPR y mi vida es infinitamente mejor por ello.
Anímate a comenzar un proyecto de siembra y Se Parte de la Enredadera.
Jo
Brindamos información sobre cómo iniciar su huerto casero de vegetales y frutas, siguiendo prácticas sostenibles y de permacultura.
Wow que descripción tan hermosa haces de tu huerto. Tienes una sensibilidad extraordinaria. Logras poner en palabras tus emociones a través de un colorido impactante. Gracias por compartir
La agricultura es vida. Vida para el hombre,las aves,los insectos y para todo lo que respira. No hay nada mejor que estar en un entorno natural y no hay mejor terapia que sembrar. Sin agricultura no hay vida. Dios es perfecto y todos los días nos da nuevas experiencias si nos disponemos a amar, amar al hombre,l amar la tierra,amarnos a nosotros mismos y todo lo que El nos da. Cada día es un momento especial donde todos podemos aportar para hacer de nuestro entorno un lugar ideal dónde fluya la paz, el amor,la empatía y esa armonía que debe prevalecer para ver y sentir lo maravilloso que es dar y recibir la bendición del cielo con tan solo sembrar y aguardar pacientemente por esa maravillosa provisión que nuestro Hacedor nos dará. Es maravilloso ver la diversidad de frutos y colores que la naturaleza nos da. Trabajar con amor, esperanza y respeto a la vida hace que la tierra produzca más y no debemos cansarnos de hacer lo correcto para que la naturaleza nos siga bendiciendo con lo mejor de la cosecha .que hemos sembrado